La Maravillosa Orquesta del Alcohol: “La relación de La M.O.D.A. con Burgos sigue siendo algo muy especial”

La Maravillosa Orquesta del Alcohol: “La relación de La M.O.D.A. con Burgos sigue siendo algo muy especial”

Al otro lado del teléfono está Nacho Mur, guitarrista de La Maravillosa Orquesta del Alcohol. Le pillamos en en medio de la gira les ha llevado a recorrer toda España, pero también a visitar países como México, Colombia Estados Unidos, Londres o Dublín. Acaban de estrenar el single “Colectivo Nostalgia”, que les ha permitido trabajar, por fin, con Raül Refree. Un single que solo está disponible en formato digital y que no es anticipo de nada, pero que nos muestra a La M.O.D.A. en carne viva.

Antes de nada, ¿cómo estás? Si no me equivoco, ahora mismo os pillamos en medio de una gira por todo el país que os tendrá ocupados, y bien ocupados, hasta mediados de septiembre.

Eso es. Justo ahora me pillas en Madrid descansando un poco, pero seguimos con la gira de Salvavida (de las balas perdidas), con la que estaremos dos años de gira. En breve empezamos con los festivales en los que no pudimos tocar el año pasado y a la vuelta, ya en Otoño, visitaremos algunas ciudades que aún no hemos podido anunciar.

La última referencia que tenemos vuestra es “Colectivo Nostalgia”. Generalmente los singles anticipan el lanzamiento de un nuevo disco. No es el caso de éste, que solo está disponible en formato digital y nunca la vamos a encontrar dentro de un LP. ¿Por qué?

Es la primera vez que hacemos esto de sacar un single sin que responda a un anticipo de un nuevo disco ni nada parecido. Pero no fue nada premeditado. “Colectivo Nostalgia” surgió como tantas otras, pero decidimos plantear la posibilidad de grabarla con Raül Refree. Teníamos muchas ganas de trabajar con él desde hacía tiempo, es uno de nuestros referentes. Ha ha hecho un trabajo excelente con Rosalía, Albert Plá, Silvia Pérez Cruz,… Y nos dijo que sí, así que nos pusimos manos a la obra y estamos encantados con el resultado.

Este tema nos muestra a la banda a corazón abierto indagando en las emociones más recónditas del ser humano. Transmite mucha soledad, oscuridad,… ¿Está todo bien?

(risas) Sí, todo lo bien que puede estar un músico, que en general estamos todos un poco regular. Pero sí, nuestras canciones siempre tienen ese halo de nostalgia y de esperanza. Y esta canción es un buen ejemplo. En ella se canta con cierta alegría que lo hemos perdido todo pero a la vez es un canto positivo. Estamos muy contentos con el resultado.

¿Cómo es el proceso habitual de composición en La M.O.D.A.? ¿Ha cambiado algo desde tu entrada o se mantienen las rutinas?

En realidad no hay una sola forma de trabajar, sino varias. A veces las canciones surgen con todos improvisando durante un ensayo y otras veces es David el que trae la idea de la canción original y el resto la trabajamos en el local o vamos haciendo cada uno arreglos por nuestra cuenta,… Lo único que ha cambiado desde mi entrada es que ahora también se tiene en cuenta mi aportación. Desde el principio han confiado mucho en mi criterio y muchas ideas que he aportado ya se han plasmado en el último disco, creo que siempre está bien una visión nueva que te ayude a vestir las canciones de una forma diferente.

Además, te tocó entrar en un momento muy particular. Si no me equivoco, las canciones de Salvavida (de las balas perdidas) ya estaban prácticamente acabadas y faltaba poco para entrar a grabarlas.

Sí, aunque llegué a tiempo para incluir algunos arreglos. No obstante, me siento muy a gusto en ambas situaciones: cuando las canciones están ya muy avanzadas (como era este caso) y cuando ya te toca participar desde cero, que me encanta. Por ejemplo, cuando fuimos a grabar a Chicago con Steve Albini el EP 7:47 (Ni un minuto más), ahí sí que participé desde el principio en la creación de las canciones. También disfruto mucho con la pre-producción de los temas, es una de las fases con las que más disfrutamos. Aparte de tocar en directo, el crear una canción es una de las cosas más gratificantes. Ver cómo de una idea pequeña surge una canción que acaba formando parte de un disco después de añadirle varias capas de pintura.

Steve Albini. ¿Cómo ha sido para vosotros trabajar con él?

Pues te puedes imaginar. Fue un sueño para nosotros trabajar con otro de nuestros grandes referentes. Ha trabajado con Nirvana, Foo Fighters, Fugazi,… Fue una locura poder grabar allí con él, un sueño hecho realidad.

Me sorprende que hayas nombrado a Fugazi pudiendo nombrar a tantos otros que han trabajado con Steve Albini.

(risas) Sí, es uno de los grupos que tenemos como referencia. Aunque al escuchar nuestras canciones seguramente no sea lo primero que se te viene a la cabeza, Fugazi, Black Flag o The Clash son de los grupos que tenemos todos como referentes en común. El punk y el hardcore son los dos estilos en los que coincidimos todos los integrantes de la banda, a todos nos han marcado mucho durante la adolescencia. Por supuesto, también el country y el folk, obviamente. Y justamente en ese EP, 7:47 (Ni un minuto más), es donde esas influencias están más presentes. No hay banjos ni mandolinas en esas tres canciones, nos dimos el gusto de guitarrear y ofrecer ese sonido más sucio y directo que nos encanta a todos. Pero somos muy conscientes de que no sabemos tocar punk y que no somos una banda de hardcore. (risas)

Volviendo a “Colectivo Nostalgia”. Cuéntanos algo sobre el videoclip. También merece la pena detenerse en él porque creo que consiste básicamente en una imagen que todos tenemos o hemos tenido muy presente en nuestras rutinas… ¿Por qué esa hora? 

Generalmente, preferimos que cada uno saque sus propias conclusiones al escuchar nuestras canciones y al ver nuestros vídeos. Pero sí que hemos intentado que en todo momento la protagonista sea la letra, por eso decidimos optar por un lyric video. Hay videoclips con presupuestos brutales que son casi películas y que están genial pero que hacen que te olvides de la canción como tal. Y viendo el resultado creo que es muy acertado porque la gente se centra en la letra y se queda con el mensaje.

Dentro de poco cumples dos años como guitarrista de La Maravillosa Orquesta del Alcohol. Ahora que no te escuchan, ¿todo está siendo como te imaginabas?

La verdad es que no me había imaginado nada, no tenía ni idea de cómo funcionarían ellos internamente en el día a día. Pero estoy muy feliz porque siempre he sido seguidor del grupo, me encantaba su propuesta y eso no ha cambiado nada. Espero que esto sea para toda la vida y que envejezcamos juntos haciendo canciones (risas).

Sabemos que no tienes ningún complejo a la hora de reconocer que escuchas géneros como el trap, hip hop o el reggaetón. ¿Cómo llevan eso el resto de los integrantes de la banda? Algo de cachondeíto ya habrá…

Todos escuchamos de todo, de verdad. Está claro que el reggaetón no es la música que me pongo cada día al llegar a casa, pero sí que me gusta estar al día de las cosas que salen. Y, por ejemplo, el saxofonista Alvar de trap sabe muchísimo más que yo.  Es él quien nos pasa la última canción que ha salido de Yung Beef o El Coleta. En general, yo creo que en todos los estilos se están haciendo cosas buenas y cosas malas, y que siempre es bueno diferenciar. Y nos gusta pensar que si algo funciona es porque, por ejemplo, responde a una generación o a las preocupaciones de los chavales de hoy en día.

¿Qué planes tenéis después de patearos tantas fiestas y festivales? En algún momento habrá que ponerse a trabajar en el nuevo disco…

En realidad siempre estamos trabajando en canciones nuevas, pero aún no nos hemos planteado la posibilidad de hacer un nuevo disco. Ahora estamos centrados en seguir disfrutando de la gira, que es donde más a gusto nos sentimos, y en seguir haciendo kilómetros en la carretera.

Y una de esas paradas me consta que es en las Fiestas de Burgos. ¿Cómo se vive allí la visita de la banda a día de hoy?

La relación de La M.O.D.A. con Burgos sigue siendo algo muy especial. Yo nunca había vivido algo parecido. Esa vinculación entre ambas cosas es algo muy importante y a la vez muy bonito. Sentimos que Burgos es nuestra casa, incluso la mía (risas), y siempre que tocamos es una locura. La gente allí siente que el grupo es parte de ellos y parte de la ciudad. La respuesta allí es siempre increíble.

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