Zaragozamos con Bigott en Sound Isidro

Zaragozamos con Bigott en Sound Isidro

El pasado viernes la nave espacial de los zaragozanos Bigott, con el carismático Borja Laudo al frente, aterrizaba en la sala madrileña Clamores dentro del ciclo de conciertos de Sound Isidro.

A lo largo de los últimos años nos hemos adaptado, sin ningún drama, todo lo contrario, a las mutaciones del grupo Bigott, que poco tiene que ver con lo que era en sus comienzos, allá por 2006. Hemos estado con la banda en salas tan dispares como la Joy Eslava, el Palacio de la Prensa, la sala Copérnico y, esta última vez, la mencionada Clamores, que dejaba a un lado -por una noche- su rollo jazzístico y bohemio para dar la bienvenida al último disco de los maños, ‘Back to nowhere’ (Bigott Records, 2024), lleno de guitarras y punk acelerado e inmediato.

La sala a priori presenta una muy buena entrada, aunque sorprende la silla en mitad del escenario. Luego comprobaríamos que Borja iba a tocar la guitarra y cantar sentado, salvo ocasiones muy puntuales en las que se levantaría para unos bailes y guitarrazos varios.

El show comienza con la instrumental “Vanilla fish”, y con ese tema ya estamos dentro. Se desgranan en la primera tanda varios del último disco, como “C’mon” y “Painting colors”, y el espíritu de los Ramones y The Cure está tan presente en los primeros compases que se marcan una versión del “Killing an Arab” de los ingleses.

La banda funciona como un tiro, desde Cristian Barros (teclados y guitarra) a Juan Gracia (batería), que son capaces de demostrar que llevan algo más que un rato en esto, de ahí que no haya fisuras en la ejecución de las canciones. Pero es Clarín (coros y bajo) quien celebraba su cumple ese día y la encargada de llevar en volandas a la banda, además de ser la que más se movía por el modesto escenario de la sala.

Se revisaron, por supuesto, temas de otros discos, que fueron celebrados por el respetable. Es el caso de como “Tripping song” del ‘This is all wrong’ (Gnar Tapes. 2020), “Gipsy loop” de ‘Pavement Tree’ (Grabaciones en el Mar, 2014), una versión algo más tranquila del “Don´t stop the dance” de ‘Candy Valley’ (Gnar Tapes, 2018) que, aun así, hizo bailar al respetable, y algún que otro himno de su grandioso ‘Spiders sings’ (Bigott Records, 2021), como “B alone” y “Horses”.

Pero el setlist no dio tregua hasta que empezaron a aparecer canciones de su introspectivo trabajo ‘Dedicated to none’ (Bigott Records, 2023), un disco que no había sido presentado nunca y que tuvo su hueco y protagonismo dentro del concierto. Y aunque no parecía tarea sencilla intercalar estas canciones más atmosféricas y lisérgicas con las aceleradas y guitarreras del ‘Back to nowhere’, sentó muy bien poder escuchar “Dedicated to none”, “Jeremias” o “I go to funerals”.

Solo un apunte más. Bigott es una banda con grandes discos y grandes canciones que, además, son defendidas y ejecutadas con gran solvencia, pero no todas sus composiciones están preparadas para salir a jugar el partido. Dicho esto, son un grupo por el que siempre hay que apostar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *