Rufus T Firefly, un milagro en La Riviera

Rufus T Firefly, un milagro en La Riviera

Sábado por la noche. Todas las entradas vendidas. El final de la gira “Anochecer de Plata” se iba a celebrar en la mítica sala madrileña. Esta banda, tan querida y respetada por crítica y público, iba a dar el concierto perfecto que todos deseábamos ver. Un lujo poder estar allí y vivirlo con ellos.

Su victoria es universal y los de Aranjuez empezaban la partida con su “Torre de marfil”. Un tema que lentamente va colocando la alfombra roja por la que van a ir desfilando todos los grandes himnos que esta banda ha compuesto para sus tres últimos discos.

Víctor, Julia, Miguel de Lucas, Juan, Carlos y Manola, la banda conformada para el último disco y la presente gira, estaban exultantes y entregados a la causa. Sabían que era un concierto especial, la sala La Riviera ya fue testigo hace cuatro años de cómo suenan en directo y de todo lo que transmiten desde encima de ese escenario.

“Tsukamori” y “El largo mañana” terminan de acoger entre sus fauces a los que todavía no se habían dado cuenta de que estábamos en una fiesta. Una celebración que Víctor y los suyos agradecían a todos los allí presentes ejecutando grandes canciones como “Se dónde van los patos cuando se congela el lago”, “Un breve e insignificante momento”, en su versión más soulera, o “Magnolia”. Con esta secuencia de tres temas, tocados uno tras otro, el público ya no puede esperar más que buen rollo y fantasía.

La banda madrileña dejó claro que es una de las mejores del panorama actual, por composiciones y por ejecución. Somos conscientes de que se ha hablado mucho de cómo Julia toca la batería y del sólido combo instrumental que se marca junto a Víctor y Miguel, pero es que estas cosan no se pueden dejar pasar. Lo que tocaría ahora es que comparasen a Tame Impala con ellos, y no al revés.

“Nebulosa Jade” nos hace viajar a todos los presentes por cada una de sus notas y acordes, que ya nos van guiando hacia el final de la velada. Hubo colaboraciones necesarias y esperadas como las de Club del Río (en “El filo”) y la magnífica Anni B Sweet en “Selene”, que hoy se antojaría impensable tocarla sin ella. También sonaron la versión del “Abre la puerta” de Triana y el “Superstition” de Stevie Wonder, con la que más de 20 personas, entre músicos y amigos, se despidieron del público y pusieron el broche de oro a un concierto de diez que nos ha dejado con más ganas aún de querer volver a verles en directo.

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