“El mal querer” de Rosalía tiene aún ruido para rato

“El mal querer” de Rosalía tiene aún ruido para rato

El pasado miércoles 30 de enero se celebraba la cuarta edición del Premio Ruido en un sorprendentemente abarrotado Teatro Barceló, ya que se había quedado una noche de lo más desapacible y esa misma mañana Zahara había decidido borrarse del cartel. Pero nada iba a evitar que esa noche los asistentes pudieran disfrutar de mini actuaciones tan jugosas como las de Belako, La Habitación Roja, Rufus T. Firefly o Morgan, entre otras. Y, sobre todo, que la imparable Rosalía se hiciese nuevamente con este galardón ideado por la PAM (Periodistas Asociados de Música).

  • Belako
    Belako
  • Morgan
    Morgan

En esta ocasión fue El mal querer (Sony, 2018) quien se alzó con este galardón que viene a reconocer el talento de la joven artista catalana, a lo que algunos asistentes respondieron con pitos. Otros muchos entendemos que están muy de acuerdo con esta decisión, y es que hay quien piensa que estamos ante un nuevo Camarón de la Isla, uno de esos fenómenos que solo se dan cada tropecientos mil años y que nosotros estamos teniendo la suerte de poder degustar. Trá, trá.

Sobra decir que la responsable del “Mejor Disco del 2018” no se encontraba en Madrd aquella fría y lluviosa noche. Aunque sí tuvo el detalle de enviar este vídeo en forma de agradecimiento.

Señalar, además, que la gala estuvo brillantemente conducida por el polifacético Igor Paskual, que consiguió mantener el interés del personal durante esos minutos (demasiados para mi gusto, aunque entiendo que es inevitable) que transcurren entre que baja una banda del escenario y sube la siguiente. No sé si compensa tanto jaleo para sólo dos canciones, aunque estén tan perfectamente ejecutadas como las de Morgan, La Habitación Roja, Belako o Rufus T. Firefly. A La Plata, por el contrario, el sonido les jugó alguna mala pasada, una pena. Es lo que tiene a veces ser los encargados de abrir la lata. Y lo de Putochinomaricón, pues a día de hoy sigo sin tener palabras para definirlo. Y mira que lo he intentado. Pero no se alarmen, que allí había una masa que vibraba con la propuesta de este influencer, instagrammer, arquitecto, violinista, aliado feminista y no sé cuántas cosas más.

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