Travellin’ Brothers – One day in Norway (Magnolia, 2016)
Lo nuevo de los vizcaínos bien podría haberse titulado Ocho horas en Notodden, ya que es justo lo que necesitaron para grabar estas 6 piezas que de igual coquetean con el blues más clásico que se dejan llevar por el swing más revoltoso.
Bendito viaje relámpago a Noruega, ya que les sirvió para descargar su explosivo cóctel de sonidos vintage en el festival de blues de Nottoden y grabar a la vieja usanza (entiéndase analógico) en el Juke Joint Studio con una mesa de grabación que estuvo en Stax y con la que grabaron Aretha Franklin y Albert King, entre muchos otros.
Desde el inicio, con la buenrollista “The best is yet to come”, ya nos advierten que lo que está por venir merece mucho la pena. Le sigue “Thunderstorm blues”,que nos invita a mirar al cielo para comprobar que se avecina la tormenta. Nos ponemos a cobijo mientras bailamos al ritmo de “Frenchmen street”, un sincero homenaje a la calle con más marcha de Nueva Orleans.
Seguidamente, “Lost & Found” nos permite coger aire. Pero será por poco tiempo, ya que vuelven a la carga con la frenética “Josephine”, para la que parecen haber resucitado al mismísimo Professor Longhair. Y qué decir de la despedida, “Make me down a pallet on your floor” ha sido concebida para clausurar cualquier reunión de amigos. ¿Quién no disfruta agarrando una acústica tras una comilona en una de esas sidrerías que tanto se prodigan por Euskadi?
Dicho esto, sólo nos queda recomendar encarecidamente la escucha de este EP, sin pasar por alto el DVD que lo acompaña. En él se incluyen fragmentos de algunas de sus actuaciones más memorables, incluyendo, cómo no, su fugaz estancia en tierras escandinavas.