Motorama en Sala Taboo: Frío por fuera, calor por dentro
El frío de la estepa madrileña servía de alfombra roja a los chicos de Rostov. El quinteto convertido en trío para la gira se presentaba en la sala Taboo con pocas ganas de hablar y muchas de ofrecernos su ultimo trabajo, Dialogues.
Batería desnuda, bajo, guitarra y muchos ritmos programados servían de guía para que los rusos ejecutasen cada tema con absoluta precisión. La sala estaba llena y a pesar de que nadie se mostraba incómodo con la ejecución de las nuevas canciones del combo ruso, realmente la mayoría estaban deseosos de escuchar los hits que hicieron de este grupo un referente del postpunk actual.
Pronto, estos herederos del sonido de los extintos Joy Division soltaron “Tell me”, el single de Dialogues, a la que siguieron un buen arsenal de temas pertenecientes al nuevo trabajo (“Reflection”, “I see you”, “Someone is missed” y “Sign”, entre otras.
Vladislav, sin más pretensiones que las de tocar sus temas y cantarlos con esa voz tan profunda como elegante, se presentó con su chándal, su gorra y un diminuto bajo que intercalaba con la guitarra de su compañero Maxim Polivanov. Los tres, serios y concentrados. La gente, en lugar de participar de su juego sobrio, optaba por bailar cada tema que lo merecía. Nos referimos a “To the south” (Calendar, 2012), excelente corte pop , “Red Drop” y “Lottery” (Poverty, 2015), junto a otros clásicos como “Wind in her hair” y “Compass” (Alps, 2013).
Cuando se gastaron las balas de Dialogues, la gente pensó que vendrían todos los temazos de carrerilla, pero tras tocar “Heavy Wave” (Poverty, 2015), anunciaron que, ¡sorpresa!, se trataba de la última canción. El respetable, como era de prever, esperó pacientemente a que llegara el bis de turno mientras sonaba una especie de preludio con sintetizador.
Y no hubo más. Dejó de sonar el citado sonido y los rusos se quedaron en el camerino, dejando al público aún más frío de lo que habían estado ellos sobre el escenario. Una pena, porque el público responde a las visitas de Motorama, y eso los rusos lo tienen que ver y agradecer.